Siguiendo la Autovía das Rías Baixas y muy cerca de Ourense encontramos la Ruta del Vino de O Ribeiro.

Está situada en la zona occidental de esta provincia y sus viñedos se extienden desde los 75 hasta los 400 metros de altitud, sobre valles y laderas de acusada pendiente, que sólo serán salvadas para facilitar el cultivo por los numerosos bancales, denominados tradicionalmente socalcos o bocarribeiras.

Es ésta la comarca más antigua de Galicia en cuanto a la producción de vino, ubicada en la confluencia de los valles de los ríos Miño, Avia, Arnoia y Barbantiño, donde los familiares sauces y alisos mecen sus ramas sobre las orillas dando sombra a los remansos de agua. En el horizonte, un paisaje salpicado de pequeñas fincas en el que se intercalan estos bosques de ribera con las huertas familiares y los viñedos.

Éstos últimos se extienden hoy ante nuestros ojos como testigos del tiempo, cuya historia nos sumerge en una época medieval.

Cuando los reinos ibéricos aún buscaban su forma en el resto de la península, los Monjes del Císter asentados en el Monasterio de San Clodio desarrollaban esta industria vitivinícola, cuidando y estudiando con gran esmero las variedades autóctonas que hoy en día nos dan prestigio en todo el mundo. Aquí, en Gomariz, en una granja agrícola que dependía de los monasterios, en algún momento del siglo XIII, se redactaron las primeras normas de calidad y excelencia en la elaboración del vino. Hoy llega hasta nosotros este patrimonio vivo, de reminiscencias monacales y medievales, y a él se suma otro hito histórico como es la Rectoral de Santo André de Campo Redondo, donde la Xunta de Galicia tiene proyectado instalar el Museo do Viño de Galicia; representante de la tradición histórica que tiene esta industria en tierras gallegas.

Los vinos de O Ribeiro son conocidos en todo el mundo. Desde el Miño embarcarían rumbo a América e Inglaterra, y al amparo del Camino de Santiago llegarían también al resto de Europa de la mano de los comerciantes judíos, los cuales dejarían su impronta en el lugar. Prueba de ello es el barrio judío del actual centro histórico de Ribadavia, donde encontramos lugares como la tienda A Tafona da Herminia, que conserva tras generaciones de pasteleros, el legado de los sabrosos pastelitos hebreos.

Lo que no debes perderte

O Ribeiro es uno de los territorios más emblemáticos en cuanto a patrimonio histórico-artístico se refiere. Cuenta con innumerables aldeas medievales, en las que se conservan buenas muestras de la arquitectura tradicional gallega.

Hoy O Ribeiro comparte su afición por el vino con otras ofertas modernas como el turismo rural y el termalismo. Destacan el Gran Balneario de O Carballiño y el Balneario de Caldas de Partovia también en O Carballiño, el Balneario de Berán en Leiro y el Balneario de Prexigueiro en Ribadavia. Para los amantes de la naturaleza, O Ribeiro ofrece un paisaje rico en contrastes y espacios naturales de gran relevancia, entre los que destacan el propio río Avia, el río Arenteiro y el Parque Municipal de O Carballiño.

Aquí podrán disfrutar del Monumento Natural de Pena Corneira, pasear por la red de senderos que atraviesa el espacio rural, o visitar el Centro de Información e Interpretación del Medio Natural en Leiro.

Los amantes del turismo cultural encontrarán en esta tierra numerosos testimonios del pasado: restos arqueológicos de castros y necrópolis, iglesias románicas y barrocas, conjuntos histórico-artísticos como el de Pazos de Arenteiro y Ribadavia, piezas singulares como el recinto amurallado de Ribadavia o su barrio judío, que hoy pertenece a la Red de Juderías de España «Caminos de Sefarad», antiguas rectorales como las de San Paio de Abeleda, San Xoán de Outeiro o Santo André de Campo Redondo, o piezas contemporáneas espectaculares como el Templo da Veracruz en O Carballiño, de Antonio Palacios.

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