Bajar el horno a 180º Colocar la bandeja en el horno, y cuando veáis que el pollo cambia de color y la piel se hincha, mezclar el vino rancio con el cava y echar la mitad del líquido por encima. Reservar la otra mitad para ir regando el guiso a medida que se vaya cocinando.

Hay que darle un par o tres de vueltas durante la cocción para que se dore por un igual. Cuando lo veáis ligeramente dorado, echar las ciruelas, las pasas y los piñones (no es necesario remojarlos) En la última vuelta, ya no os debe quedar líquido que echar en la bandeja y éste debe haber reducido completamente el alcohol. La salsa resultante es deliciosa, así que servirlo bien caliente acompañado de una buena hogaza de pan del día.