Zona geográfica
El ámbito geográfico comprende la parte del territorio de la Comunidad Autónoma de Galicia que se encuentra delimitada al oeste por la Dorsal Gallega y por la Sierra del Xistral al norte.
Así, la zona de cultivo abarca:
La provincia de A Coruña: Comarca de Terra de Melide y los municipios de Arzúa y Boimorto (Comarca de Arzúa).
El conjunto de la provincia de Lugo, a excepción de los municipios de O Vicedo, Viveiro, Xove y Cervo (Comarca de Mariña Occidental), Burela y Foz (Comarca de Mariña Central) y Barreiros y Ribadeo (Comarca de Mariña Oriental).
La totalidad de los municipios de la provincia de Ourense.
La provincia de Pontevedra: las Comarcas de Tabeirós-Terra de Montes y Deza, los municipios de Cotobade, A Lama y Campo Lameiro (Comarca de Pontevedra) y el municipio de Cuntis (Comarca de Caldas).
Historia
La introducción del cultivo del castaño en Galicia parece estar relacionada con la llegada de las legiones romanas, que trajeron consigo una serie de variedades de fruto mucho más productivas que las que existían en el país, sirviendo de punto de partida para una expansión del castaño por toda la región.
Los castañares se extendieron considerablemente durante todo el período de romanización, lo que supuso una importante modificación del paisaje gallego de aquella época.
La caída del Imperio supuso el inicio de un período de declive y abandono que se prolonga hasta la Reconquista, época en la que el castaño se expande de nuevo, de forma bastante paralela a la expansión del viñedo, por las tierras que se van reconquistando y que los reyes entregan a los monasterios y a los señores feudales.
En este período, que coincide con uno de los momentos más álgidos de la expansión del viñedo en Galicia, el cultivo del castaño alcanza su máximo esplendor, lo que probablemente tuvo que ver con la obligación de dedicar las laderas a viñas y las partes altas a los castaños.
El declive del castaño de fruto coincidió con la masificación del cultivo de la patata y del maíz, que en Galicia ocurrió durante el siglo XIX.
A partir de ahí, la castaña va perdiendo paulatinamente su protagonismo en la dieta, hasta que aparecen nuevas amenazas para su cultivo: la llegada de enfermedades como la "tinta" y el "chancro". Estas enfermedades diezmaron los soutos y relegaron al castaño a posiciones marginales en gran parte de Galicia.
Pese a ello, hoy en día todavía mantiene una presencia importante en las comarcas de interior, áreas donde las condiciones naturales se presentan mucho menos favorables para el desarrollo de estas patologías.
Gastronomía
Las castañas fueron, hasta la llegada de los cultivos americanos, un alimento esencial en la cocina gallega, y más concretamente, en aquellas áreas rurales y de montaña donde la alimentación estaba vinculada al autoconsumo.
Habitualmente las clases populares las consumían asadas, cocidas, en el caldo, o con leche. Pese a que en general, no era un producto especialmente apreciado por las clases más altas, las castañas confitadas fueron siempre consideradas por éstas un extraordinario manjar.
Las tendencias culinarias actuales no limitan su empleo a las preparaciones más tradicionales: asadas, cocidas o confitadas.
Hoy en día la castaña figura como uno de los ingredientes más apreciados por los grandes cocineros, pasando a convertirse en elemento imprescindible en multitud de recetas donde se utiliza para el relleno de carnes, aves, caza, como guarnición, etc.
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